El pez martillo es reconocido fácilmente por la particular forma de su cabeza. El tiburón martillo tiene una cabeza en forma de T con muescas, que le dan una apariencia festoneada. Los ojos y orificios nasales se localizan en los extremos de la cabeza, lo que ocasiona que al nadar, el movimiento de cabeza de lado a lado, le haga recorrer con la vista todo a su alrededor e incluso lo que queda a sus espaldas.
Visto desde abajo, el tiburón martillo se confunde con el brillo de las aguas de la superficie; visto desde arriba, se confunde con el fondo marino oscuro.